El cáncer de riñón:
11 de junio de 2012
Es un tipo de cáncer que se produce en los riñones, dos órganos que tienen la función de filtrar la sangre y eliminar desechos y el exceso de líquido del organismo, transformándolos en orina que, desde los riñones, es enviada a la vejiga a través de los uréteres, para ser excretada posteriormente.

Algunos tumores que se originan en los riñones, como el adenoma renal (el más frecuente), son de carácter benigno.

El adenoma renal es más frecuentes en adultos y ancianos, y se suele diagnosticar con una ecografía abdominal rutinaria, ya que generalmente no presenta ninguna manifestación clínica, debido a su pequeño tamaño.

Sin embargo, aunque apenas ocasione molestias al paciente, es mejor extirparlos para evitar que crezcan en exceso y puedan presionar los vasos renales y provocar insuficiencias. El tratamiento se realiza mediante cirugía por laparoscopia, y algunos tumores pequeños pueden incluso destruirse mediante radiofrecuencia.

- Síntomas del cáncer de riñón:

En la actualidad, casi el 40% de los tumores renales se diagnostican de forma accidental en una ecografía abdominal que se realiza por cualquier otro motivo. Si se detecta precozmente, la tasa de supervivencia es de casi el 95%, ya que se pueden observar desde estadios muy tempranos, cuando la masa de células malignas es aún pequeña.

El síntoma más frecuente de cáncer de riñónes la hematuria (que se define como la presencia de células sanguíneas en orina), y que normalmente es indolora. En algunos casos puede ser tan abundante que cause cólicos renales por la presencia de coágulos en el interior del uréter.

Se acompaña, además, de un cuadro muy inespecífico de fiebre, anemia, pérdida de peso y síntomas digestivos. El dolor aparece en estadios mucho más avanzados de la enfermedad y suele consistir en un dolor punzante de tipo lumbalgia.

Como justo encima del riñón se encuentra la glándula suprarrenal, en algunos casos también se originan alteraciones hormonales, que son las responsables de síntomas como hipertensión, aumento del calcio en la sangre, aumento de la viscosidad sanguínea y ginecomastia (agrandamiento de las mamas en el varón).

El cáncer de riñón puede dar metástasis a ganglios linfáticos regionales, pero también a otras zonas del organismo como pulmón, hígado, huesos y cerebro. En algunos casos aislados, la afectación de estos órganos puede ser la primera manifestación clínica.

- Tratamiento del cáncer de riñón:

El único tratamiento que actualmente cura el cáncer de riñón es la cirugía. Existen dos tipos de técnicas dependiendo del tamaño y el estadio de la enfermedad:

- Nefrectomía parcial: se extirpa sólo una parte del riñón afectado. Esta técnica suele emplearse cuando el tumor es muy pequeño, o en aquellos casos en los que el otro riñón no funciona bien o cuando, directamente, no existe otro riñón.

- Nefrectomía radical: se extirpa todo el riñón y, en la mayoría de los casos, debe acompañarse también de la extracción de la glándula suprarrenal.

La radioterapia no está indicada en ningún caso ya que, en estos tumores, es totalmente ineficaz.

La quimioterapia resulta poco efectiva, especialmente en los pacientes que sufren metástasis en diversos órganos; pero se están investigando nuevos fármacos que podrían suponer un gran avance para el tratamiento del cáncer renal. Entre estos destacan aquellos que impiden el suministro de sangre al tumor, lo que evita su proliferación.

- Factores de riesgo del cáncer de riñón:

Sobre algunos factores de riesgo del cáncer de riñón no se pueden tomar medidas preventivas, como la edad (a partir de los 50 años es más frecuente), el sexo (mayor incidencia en los varones) o la raza (su prevalencia es un poco más elevada en las personas de raza negra).

Factores genéticos: el cáncer de riñón es más común en personas con familiares de primer grado afectados por esta enfermedad. Algunas otras patologías hereditarias poco frecuentes también pueden ocasionar cáncer de riñón y, en ese caso, deben consultar a su médico sobre la conveniencia de someterse a pruebas de imagen periódicamente.

- Dietas ricas en grasas y colesterol.
- Hipertensión arterial.
- Tabaco.
- Obesidad. Un exceso de peso puede provocar trastornos hormonales que influyan sobre el riesgo de desarrollar la enfermedad.
- Exposición a sustancias tóxicas en el lugar de trabajo como el cadmio, el asbesto, arsénico, y ciertos herbicidas y derivados del petróleo.
- Insuficiencia renal crónica. Sobre todo en los pacientes que precisan diálisis.

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